A medida que se acerca septiembre, eso significa que es tiempo de volver a la escuela para muchos hogares. Con toda la emoción de preparar a los niños y enviarlos a la escuela, es fácil olvidarse del perro. Mientras que el regreso a clases suele ser un momento emocionante y divertido para los humanos en el hogar, para tu perro puede significar soledad y aburrimiento.
Durante todo el verano, seguramente hubo alguien en casa con tu perro: los estudiantes mayores de vacaciones o los más pequeños con una niñera. Ahora que todos están de vuelta en sus horarios de otoño, tu perro puede sentirse descuidado e incluso caer en la depresión.
Depresión y ansiedad
Según los veterinarios, los perros pueden sufrir de depresión al igual que nosotros. Estate atento a síntomas como la apatía, falta de energía, pérdida de apetito, esconderse o acurrucarse, y no querer jugar.
Otros perros sufren de ansiedad por separación. A diferencia de la depresión, la ansiedad por separación se manifiesta en comportamientos erráticos, como ladrar y lloriquear en exceso, arañar desesperadamente las puertas, ventanas o cercas para salir, morder destructivamente y hacer sus necesidades dentro de la casa. Los perros con ansiedad por separación estarán eufóricos cuando los miembros de la familia regresen a casa, mientras que un perro deprimido puede ni siquiera levantarse de su cama.
Si tu perro muestra alguno de estos síntomas, es probable que esté molesto por el reciente cambio en los horarios.
Planificación para el regreso a clases
Entonces, ¿qué puedes hacer para prevenir o ayudar a aliviar la depresión en tu perro? Si tu perro nunca ha experimentado el "regreso a clases", tomará un poco de tiempo. Si tu perro ha pasado por esta rutina en años anteriores, probablemente recordará la rutina y se adaptará más rápidamente. Una simple rutina puede ayudar a aliviar cualquier estrés que tu perro sienta. Incluso si tu perro no sufre de depresión o ansiedad en sí, aún apreciará esta simple rutina, que asegurará que reciba suficiente atención y ejercicio.
Ejercicio matutino
No te olvides de hacer ejercicio con tu perro. Crea un horario con tu familia en el que todos participen. Cada mañana alguien debe levantarse un poco más temprano, incluso solo quince minutos, para sacar al perro a pasear o jugar en el patio antes de que comience el día. No solo le hará saber a tu perro que aún te importa, sino que liberar esa energía extra significa que será menos propenso a ser destructivo mientras estés fuera.
Momento de irse
Cuando finalmente sea hora de irse, no hagas un gran alboroto. Mima a tu perro, pero no te pongas emocional: tu perro puede percibir tus emociones y si estás alterado, él estará más propenso a estarlo también. Distrae a tu perro con un juguete nuevo (o uno antiguo que no haya visto en mucho tiempo) o con un juguete relleno de premios. Para los perros ansiosos, dejar la radio o la televisión encendida puede ayudar.
Descanso de la tarde
Si puedes, programa a alguien de tu familia para que vaya a casa alrededor del mediodía y saque a tu perro para hacer ejercicio rápido. No solo rompe el tiempo que pasa solo, sino que también alivia algo de energía. Si nadie en la familia puede hacerlo, considera pedirle ayuda a un vecino o contratar a un paseador de perros. Llevarlo a una guardería para perros un par de veces a la semana también es una excelente opción.
De regreso en casa
Cuando regreses a casa al final del día, nuevamente no hagas un gran alboroto. Si actúas como si hubieras estado fuera por mucho tiempo, especialmente si tu perro tiene ansiedad, él pensará que has estado fuera para siempre. Lo mejor que puedes hacer es ignorarlo cuando llegues a casa por primera vez, luego después de unos minutos, saluda tranquilamente a tu perro y llévalo a hacer sus necesidades si es necesario.
Ejercicio nocturno
Es fácil olvidarse del perro, incluso cuando estás en casa. Has tenido un día largo, tuviste que cocinar la cena, ayudar a los niños con la tarea y ahora lo único que quieres es sentarte en el sofá. Pero tu perro ha estado esperándote todo el día y probablemente tiene energía acumulada. Después de su cena, asegúrate de sacarlo a hacer ejercicio y jugar.
Seguir esta rutina ayudará a que tu perro no note tanto tu ausencia. Sin embargo, mantén un ojo en sus síntomas y, si empeoran o no mejoran, llévalo a un veterinario para descartar cualquier condición médica que pueda estar causando los síntomas.